Daniel
Lorenzo
Goñi

Daniel
Lorenzo
Goñi

Esculturas de bronce con alma - Zamora

Partir

No es solo el miedo al fuego, el hambre, la muerte, la destrucción. Desapego forzado. Es toda una vida de trabajo perdido. Sus vidas, proyectos e ilusiones no son diferentes a los nuestros. Millones de desplazados pagan por los desacuerdos de unos pocos bien armados por los que los financian y a la vez se […]

Material: Bronce

Dimensiones: 1,41 x 0,30 x 0,43 m

No es solo el miedo al fuego, el hambre, la muerte, la destrucción.
Desapego forzado.
Es toda una vida de trabajo perdido.
Sus vidas, proyectos e ilusiones no son diferentes a los nuestros.
Millones de desplazados pagan por los desacuerdos de unos pocos bien armados por los que los financian y a la vez se enriquecen.
Cuando la única salida para sobrevivir es huir y te cierran todas las puertas. La desesperación rompe las barreras y saltan los muros impuestos por los que son incapaces de ponerse en el lugar del otro.
Para al final sufrir la mayor de las perdidas, la de vidas inocentes que apenas han empezado a vivir, pequeños cuerpos pagan un peaje demasiado caro.
Sueños que son mentiras de los que se enriquecen prometiendo que al otro lado, esta la salvación.
En su lugar otro muro, otra alambrada.
Cuando la única esperanza es que los demás se den cuenta y dan la espalda.
Me hace sentir la mayor de las vergüenzas.
El motivo, nacer al otro lado de la linea pintada, frontera impuesta que no se ve, porque la borra el agua. está en el fondo donde yacen los cuerpos de los que intentaron cruzar. Naufragio.

Daniel Lorenzo Goñi - Escultor - Partir

No es solo el miedo al fuego, el hambre, la muerte, la destrucción.
Desapego forzado.
Es toda una vida de trabajo perdido.
Sus vidas, proyectos e ilusiones no son diferentes a los nuestros.
Millones de desplazados pagan por los desacuerdos de unos pocos bien armados por los que los financian y a la vez se enriquecen.
Cuando la única salida para sobrevivir es huir y te cierran todas las puertas. La desesperación rompe las barreras y saltan los muros impuestos por los que son incapaces de ponerse en el lugar del otro.
Para al final sufrir la mayor de las perdidas, la de vidas inocentes que apenas han empezado a vivir, pequeños cuerpos pagan un peaje demasiado caro.
Sueños que son mentiras de los que se enriquecen prometiendo que al otro lado, esta la salvación.
En su lugar otro muro, otra alambrada.
Cuando la única esperanza es que los demás se den cuenta y dan la espalda.
Me hace sentir la mayor de las vergüenzas.
El motivo, nacer al otro lado de la linea pintada, frontera impuesta que no se ve, porque la borra el agua. está en el fondo donde yacen los cuerpos de los que intentaron cruzar. Naufragio.

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