Danu
Madre tierra. Creadora de vida Sabía alquímica. Perdona a los hijos que han olvidado. Ignorantes de su propia extinción Mancillando el vientre que les protege. Olvidando, que es tu aliento lo que respiran. Tu sangre que da vida a todo y que ellos manchan y derrochan, es el agua que beben, el hombre abocado a […]
Material: Bronce
Dimensiones: 112 x 31,5 x 21,5 cm
Madre tierra.
Creadora de vida
Sabía alquímica.
Perdona a los hijos que han olvidado.
Ignorantes de su propia extinción
Mancillando el vientre que les protege.
Olvidando, que es tu aliento lo que respiran. Tu sangre que da vida a todo y que ellos manchan y derrochan, es el agua que beben, el hombre abocado a su propia autodestrucción. .
Llevamos siglos luchando contra la escasez y ahora no sabemos administrar la abundancia que nos ofreces, manipulando los recursos y alimentos que nos regalas corrompiendo su perfecto equilibrio para obtener mayor producción y beneficio para unos pocos sin importar el veneno que metemos en lo que comemos.
Creando nuevos continentes de plástico y basura. Esta es la prueba de que no aprendemos nada, ¿que animal destruye su propio hogar y el de su descendencia? ciegos de arrogancia y falsa superioridad, sin ningún respeto ante el resto de seres vivos que solo vemos como recursos y que habitan esta tierra millones de años antes que nosotros,
alcanzando el nivel más alto de estupidez y destrucción en su insignificante lapsus de tiempo de vida en tu piel.
Y tú, en tu paciencia infinita, sabedora de que al final siempre te regeneraras y nuestra huella desaparecerá en el tiempo que juega siempre a tu favor.
Madre tierra.
Creadora de vida
Sabía alquímica.
Perdona a los hijos que han olvidado.
Ignorantes de su propia extinción
Mancillando el vientre que les protege.
Olvidando, que es tu aliento lo que respiran. Tu sangre que da vida a todo y que ellos manchan y derrochan, es el agua que beben, el hombre abocado a su propia autodestrucción. .
Llevamos siglos luchando contra la escasez y ahora no sabemos administrar la abundancia que nos ofreces, manipulando los recursos y alimentos que nos regalas corrompiendo su perfecto equilibrio para obtener mayor producción y beneficio para unos pocos sin importar el veneno que metemos en lo que comemos.
Creando nuevos continentes de plástico y basura. Esta es la prueba de que no aprendemos nada, ¿que animal destruye su propio hogar y el de su descendencia? ciegos de arrogancia y falsa superioridad, sin ningún respeto ante el resto de seres vivos que solo vemos como recursos y que habitan esta tierra millones de años antes que nosotros,
alcanzando el nivel más alto de estupidez y destrucción en su insignificante lapsus de tiempo de vida en tu piel.
Y tú, en tu paciencia infinita, sabedora de que al final siempre te regeneraras y nuestra huella desaparecerá en el tiempo que juega siempre a tu favor.
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